radiología nos aporta información que de otra manera sería imposible conocer. Sin duda, ha supuesto una revolución para el sector sanitario. Su origen data de finales del siglo XIX, cuando el físico Wilhem Conrad Röntgen descubre y realiza la primera radiografía. Precisamente, una de las cuestiones que nos plantean a diario en nuestra clínica dental en San Sebastián de los Reyes es sobre su peligrosidad. Pues bien, en este post queremos hablarte sobre este tema y contarte cuáles son los equipos radiológicos con los que contamos en nuestra clínica. Si quieres conocer todos los detalles, ¡continúa leyendo!
¿Las radiografías son totalmente seguras?
Así, es. Puedes estar tranquilo: las radiografías son totalmente seguras y resultan inocuas para las personas. Además, la dosis de radiación que aplicamos con todos los aparatos es mínima; por ello, no existe ningún riesgo para la salud del paciente. Concretamente, la unidad con la que medimos las dosis de radiación es el milisievert. Según el Consejo de Seguridad Nuclear, cada persona recibe anualmente una dosis media de 3,7 milisievert aproximadamente. De estos 3,7, más de la mitad proviene de la radiación natural. Tan solo una media de 1,3 milisievert procede de fuentes médicas. En este sentido, la cantidad recibida con una radiografía dental digital es ínfima: de 0,005 milisievert. La Sociedad Española de Protección Radiológica afirma que la probabilidad de sufrir cáncer aumenta considerablemente cuando una persona es sometida a dosis superiores a los 100 milisievert. Por tanto, como ves, no debes preocuparte.¿Con qué equipos radiológicos contamos en nuestra clínica?
- Ortopantomografía: sirve para conocer el estado de salud bucodental a través de una muestra en dos dimensiones del hueso maxilar superior, la mandíbula y los dientes.
- Radiografía interproximal o aleta de mordida: nos ayuda a detectar caries ubicadas entre los dientes, así como a analizar el estado en el que se encuentran los dientes y el tejido periodontal y pulpar.
- Telerradiografía lateral de cráneo: nos permite estudiar el desarrollo facial del paciente, observando minuciosamente cómo son las estructuras óseas de la cara y valorando su relación con las bases craneales.
